sábado, 9 de abril de 2011

TOMATES 2011

Para completar la información sobre los tomates aquí transcribo una ficha del maestro Mariano Bueno.
El texto escrito en verde es mío, así como mas adelante iré aportando mi propia experiencia…

TOMATE
Nombre científico: Lycopersicon esculentum (solanácea)
Exposición: soleada
Siembra: desde enero en cama caliente; marzo- abril en semillero protegido
Marco de plantación: 40-50 x 60-70
Cosecha: a los dos meses y medio 
Esta solanácea originaria de América, se ha convertido en una de las plantas más populares tanto para el cultivo como para el consumo.
 Resulta curioso que una planta tan asociada a la dieta mediterránea en los últimos tiempos, se introdujera en Europa como planta ornamental por su exuberancia de sus tallos y hojas y el colorido de sus frutos sin que nadie en principio se atreviera a consumirlos; cuando se observó que los pájaros se daban suculentos festines con los frutos de la tomatera y no se morían por ello, empezó su progresivo e imparable consumo pero ello no tuvo lugar hasta 150 años después de su introducción.
En su lugar de origen son plantas perennes o plurianuales, mientras que en Europa suelen cultivarse como plantas anuales.
El tomate es muy rico en vitaminas, y recientemente se le han descubierto propiedades terapéuticas y preventivas de los problemas de próstata e incluso del cáncer.
Variedades. En las ultimas décadas, los tomates híbridos seleccionados por las multinacionales de las semillas están acaparando el mercado, desbancando e incluso haciendo desaparecer las variedades exquisitas y muy bien adaptadas a climas, lugares y épocas de cultivo específicos. Por ello resulta crucial que nos preocupemos por la selección de variedades adaptadas – en este caso no se puede hablar de variedades autóctonas- y el intercambio de semillas entre agricultores, que evitará su desaparición y que además permitirá su mejora genética.
¿Cómo sacar las semillas? Seleccionaremos aquellos tomates que cuelguen de las plantas mas vigorosas y sanas y cuyo tamaño, color y sabor sean los mas apropiados. Los señalamos con alguna cinta y los dejamos madurar en la planta completamente. En caso de problemas con pájaros los protegemos con una red.
Una vez bien maduros colocamos los tomates en un cubo de agua, los desmenuzamos con las manos. Al decantar el agua esta arrastra la pulpa de los tomates mientras que las semillas quedan en el fondo.
Yo dejo las semillas varios días con agua a la sombra, tras lo cual el agua fermenta permitiendo separar las semillas de la gelatina que las recubre, después las lavo bien, las escurro y las pongo a secar sobre una maya fina, si no son muchas, en el mismo colador hasta que pierden casi toda la humedad, después las paso a papel absorbente para que terminen de secar bien.
Una vez bien secas las semillas las guardamos en tarros de cristal.  
Clima.
Los tomates se adaptan bien a casi todos los climas; solo les molesta el frio intenso (heladas), el excesivo calor o demasiada humedad en el ambiente. En las zonas con climas benignos adecuada insolación y temperatura estables, pueden cultivarse durante todo el año. En cambio, en los climas fríos solo podrán cultivarse al exterior de mayo a septiembre, e incluso se recogerán los tomates verdes para que terminen su maduración en un lugar abrigado. Es una planta que se adapta muy bien en invernadero, aunque hay que controlar la humedad relativa del aire, pues es muy sensible a las enfermedades criptogámicas (hongos) y ayudar a la polinización de las flores, removiéndolas frotándolas con n pincel o mejo aun colocando una colmena de abejas junto a la puerta del invernadero.
Suelo.
Se adapta a casi todos los suelos, aunque prefieren os ligeros a los compactos; eso si, les gusta que el suelo esté  bien nutrido, esponjoso y aireado. Para s correcta maduración m las raíces necesitan sentir el calor, por lo que suelen irles muy bien los suelos pedregosos, que retienen y acumulan la radiación solar diurna y mantienen la tierra caliente durante más horas, acelerando el desarrollo de la planta y la maduración de los tomates. Efecto similar puede conseguirse en climas de poca insolación con acolchados de plástico negro, que captan y acumulan la radiación en el suelo o esparciendo compost al pié de las plantas.
Abonado.
Las tomateras son muy exigentes en nutrientes, por lo que procuraremos preparar el selo con abundante compost descompuesto -no es preciso que esté demasiado- los mejores resultados se obtienen precediendo el cultivo con un abono verde (vezas y habas forrajeras), al que se le añadirá algo de compost en el momento de roturarlo. Dado que se trata de plantas de gran porte y producción (pueden superar los 10kg/m2) es interesante añadir algo de compost a la tierra cuando se realizan tareas de desherbado o recalce, se puede tener preparado un purín, que se irá diluyendo en el agua de riego a partir de las primeras cosechas.
Riego.
La tomatera es bastante exigente en cuanto al riego, prefiriendo un aporte hídrico regular a grandes cantidades de agua demasiado espaciadas en el tiempo.
Soporta sequias o escasez de agua, pero esto reduce s desarrollo y producción. En época de cosecha cuando el suelo pasa  un periodo de sequedad y luego se ruega abundantemente, los frutos tienden a agrietarse. En su base. En la época de la primera floración, vigilaremos la irrigación, ya que un exceso de agua o humedad dificultará  el cuajado o desencadenará una abundante  caída de flores, mermando la producción.
Tradicionalmente se riega abundantemente justo en el momento en que despuntan las primeras flores, u  a los dos o tres días se 5realiza un aporcado o recalce que destruye las malas hierbas que están brotando y remueve la tierra, esponjándola y evitando la rápida evaporación del agua, con lo que podemos esperar unos quince días antes del siguiente riego.
Dado que son plantas que sufren con facilidad problemas criptogámicos (sobre todo mildiu) en sus tallos. Hojas y frutos, no deberemos regarlas nunca con mangueras o por aspersión, preferiremos el riego a manta o inundación, o mejor aun el goteo. El sistema de riego localizado por goteo resulta el idóneo para las tomateras y, si disponemos de un programador horario diario, podremos ajustar la aportación de agua a sus necesidades, en función de la fase de cultivo o de la climatología.
Siembra.
Las variedades tempranas requieren una siembra precoz en semillero protegido de los fríos y las heladas nocturnas. Tradicionalmente empleábamos el semillero de cama caliente. Que le aporta el calor de la fermentación de estiércol (generalmente de caballo) y dispone de unas cubiertas de plástico o vidrio para captar y acumular la radiación solar.
Podemos utilizar también bandejas de polietileno expandido o macetas con una mezcla de fibra de coco y compost lo bastante nutritiva para proveer la planta hasta el momento del trasplante. Si sembramos a voleo en el semillero, procederemos a un primer repicado cuando las plantitas tengan un tamaño de unos 15cm o 4 ó 5 hojas. En las macetas o cepellones pasaran un periodo de enraizado y endurecimiento  (entre veinte y treinta días), combinando la protección nocturna con la exposición al aire libre en las horas benignas del día.
Trasplante.
Cuando sepamos que ya no existen  riesgos  de heladas nocturnas, podemos trasplantar las tomateras al huerto, procurando enterrar una parte del tallo, por donde sacará raíces adventicias que aumentaran las posibilidades de desarrollo de las tomateras.
Al inicio del verano y en los lugares donde las noches no sean demasiado frías, podemos plantar directamente en la tierra los brotes u ojuelos laterales que cortamos de otras tomateras que cortamos en crecimiento o en producción.
Si no hemos tenido la posibilidad de hacernos nuestro propio semillero, podemos plantar en maceta o alveolos los brotes que nos regale, algún agricultor o vecino que tenga tomates en invernadero. Una vez enraizadas y endurecidas las podemos plantar en nuestro huerto sin ningún problema.
Cultivo.
Las tomateras crecen sin demasiados percances si disponen  de un suelo fértil, bien esponjado y no les falta el agua. La mayoría de variedades precisa de tutores para que puedan crecer erguidas y lo tomates no toquen el  suelo, -tienden a pudrirse en contacto con la tierra húmeda-. Podemos realizar el entutorado con  ramas o estacas de 1.5m, aunque lo más común es usar cañas.
Las tomateras se atan a los tutores o cañas dejando una cierta holgura que evite el  estrangulamiento del tallo durante su desarrollo,. Procuraremos atarla por debajo de cada ramillete de tomates pues es por donde tiene que soportar mas peso.
Las tomateras sacan ojos o brotes transversales en la base de cada hoja, si los dejamos forman una maraña de brotes, hojas y ramilletes de flores y frutos que dificultan su cultivo y merman el tamaño de los frutos. Por ello normalmente se podan o despuntan estos brotes laterales dejando un solo brote tutor, en la que irán escalonando progresivamente los ramilletes de tomates. Esta tarea es un tanto delicada pues suele ser común cortar por descuido el tutor principal. Si existen otros laterales no hay problema, tomaran el relevo y la plata se desarrollara con normalidad, si ya habíamos cortado los brotes laterales tendremos una planta ciega que ya no dará mas frutos que los que tenga en ese momento. Para evitar ese descuido empezaremos a podar  la tomatera desde arriba hacia abajo. Se suele practicar el desmoche del brote principal  cuando se tenga la certeza de que el ciclo productivo esta cercano a su fin, con ello conseguiremos que la energía de la planta se centre en los frutos.
Al manipular las tomateras los dedos suelen mancharse de un a sustancia verse negruzca, difícil de cuando el jabón no sea suficiente para limpiar las manos, recurriremos al truco del labrador, consiste en coger un tomate bien maduro y restregar con su pulpa bien las manos, es el sistema mas efectivo y ecológico que se conoce.

Problemas.
Las tomateras son plantas resistentes y vigorosas, pero a veces se ven afectadas por problemas que con un poco de cuidados no irán a peor. Durante el  trasplante sus tallaos y raíces pueden ser roídas por el gusano gris o por los gusanos de alambre. Cuando son pocas las plangas afectadas, las arrancaremos  escarbaremos la tierra de su alrededor hasta encontrar a los culpables, de los que nos desharemos por vía expeditiva. Si se trata de una gran plantación podremos recurrir a cebos atrayentes en los que hayamos puesto Bacillus thuringiensis.
El mildiu es una de las enfermedades mas temidas en las tomateras y patateras. Se caracteriza por manchas negras en tallos, hojas y frutos, que poco a poco van secando la planta, suele aparecer en épocas lluviosas y en climas o temporadas húmedas. Habitualmente se controla con el sulfato de cobre del tradicional “caldo bordelés”. Nosotros empleamos un sistema mas sencillo y que no deja residuos o manchas azuladas en la planta o los frutos: consiste en clavar en el tronco principal un hilito de cobre de unos 5 o 7 cm de largo, clavamos un extremo  y enrollamos el resto alrededor del tronco, en forma de espiral, el cobre en contacto con la planta libera iones de cobre, que evitan la proliferación de hongos -entre ellos el mildiu-. El sistema es preventivo y suele dar buenos resultados incluso cuando la enfermedad empieza a estar presente.
El pulgón y otros parásitos, no suelen ser muy preocupantes en el cultivo biológico de los tomates. Suelen hacer acto de presencia en errores de abonado o riego.

Rotación.
Las tomateras son muy exigentes y ávidas devoradoras de gran cantidad de nutrientes. Por otra parte, además existen parásitos que se especializan en su contra y que incluso llegan a generar cepas resistentes en terrenos donde se cultivan tomates durante varios años consecutivos. Todo ello plantea la necesidad de una correcta rotación de cultivos, que exige  una espera de al menos tres años antes de volver a plantar tomateras en un mismo lugar.

Asociación.
Las tomateras suelen beneficiarse de la proximidad de ajos y cebollas. También las favorecen lo apios las zanahorias, los puerros o el perejil, este ultimo puede plantarse en hileras al socaires del viento para proteger las tomateras de la mosca blanca. No les gusta compartir su espacio con otras solanáceas, en especial con las patatas, y tampoco con pepinos o colinabos. 

Como complemento a lo anterior aquí un articulo escrito por Mariano Bueno en la revista  fertilidad de la tierra

PLANTAR BIEN LOS TOMATES

Las plantas de tomate tienen gran facilidad para enraizar y cuantas más raicillas desarrolle más recibirá a través de ellas nutrientes y sales minerales. Por eso para plantarlo podemos cavar un hoyo de 15cm de  profundidad y alargarlo horizontalmente, de manera que podemos colocar el cepellón en horizontal y enterrar dejando el tallo doblado hacia arriba, porque así desarrollará más raíces.
Otra forma de hacerlo es cavar un hoyo de 20cm de profundidad y colocar el cepellón en el fondo, dejando enterrados algunos centímetros de tallo. Incluso podemos cortar las dos primeras hojas para facilitar la operación. A continuación rellenaremos el hoyo con una mezcla de tres cuartas partes de tierra y una cuarta parte de compost bien descompuesto, porque el tomate es muy exigente en materia orgánica (nunca pondremos el compost puro ni ortigas en el fondo del hoyo). Regar bien y empajar. Cuando la planta haya crecido un poco, suprimir las hojas más bajas y acollar un poco para que desarrolle todavía más raíces. Mantener la humedad con un acolchado tupido, por ejemplo de abundante paja.














 


 

 

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